¿Algún día podremos ser una sociedad suficientemente madura para permitirnos protagonizar una historia que no sea olvidable?
Son tantos los interrogantes y tan pocas las posibilidades de obtener una respuesta satisfactoria...
Está ausente el ideal.
Por encima de nuestros problemas cotidianos aparece un nuevo protagonista: el oportunismo.
No hay articulación posible que no nos lleve al fracaso si encaramos los acontecimientos de la vida desde la especulación.
Digamos que afirmarse en una política redistributiva quiere decir: Tocar bolsillos para repartir a otros bolsillos.
La existencia de la pobreza, en su expresión más profunda, no está relacionada con las políticas económicas de los sistemas sino con la realidad social.
Esta realidad social tendría que tener su raíz en la solidaridad, en la religión del "religar", no desde los ritos de una iglesia vacía de contenido religioso...
Jesús fue un revolucionario porque planteó esto...
Y por ello lo crucificaron. Fue el primer líder que habló de la posibilidad de tocar los intereses de los que más tienen, y así le fue...
Es simple para enunciar e infinitamente difícil para encaminar.
Para que haya ricos tiene que haber pobres, muchos pobres, esta es la ecuación... No podemos esperar caridad desde los privilegios de un sistema deshumanizado porque sencillamente no está en la naturaleza de la codicia que ello ocurra.
La esperanza, en el sentido de plantear cierta espera no es más que una sensación de fracaso porque la expectativa de justicia no debe ser azarosa. El tema de fondo siempre es el mismo:
La felicidad está culturalmente fundada en la desigualdad de unos sobre otros.
Lo importante no es estar mejor sino estar sobre el resto.
"Poder" sobresalir, estar por encima.
Es este el flagelo de la humanidad.
En la medida que no cambiemos el norte, los resultados van a ser siempre los mismos.
Deberíamos volver a los principios con "principios" y entender con "entendimiento" .
Lo único que importa en la vida es ser feliz.
Nadie debería poder serlo en un mundo plagado de desigualdades donde el holocausto del hambre nivela el peso del planeta y la única razón de esas muertes es la voracidad de unos pocos y su rapiña espiritual.
Ser conscientes es el primer paso para cambiar.
Es imposible construir futuro sin conciencia.
