Tu relato es un relato intrincado que, desde lugares profundos de la experiencia personal, recoloca acontecimientos históricos dándole distintos grados de entidad y produciendo un acomodo ajeno sobre la realidad.
Ahora resulta que el periodismo estuvo al lado de su pueblo, acompañándolo en el período más negro de la argentinidad, aún por encima de las Madres de Plaza de Mayo. El día del periodista no se debiera intentar, desde una oportuna columna, justificar para justificarse. El accionar de personajes como Solá, Majul y tantos otros, mezclados caprichosamente con los que tuvieron un buen desempeño, me suena corportivamente inútil y al mismo tiempo me produce una sensación extraña, pero por extrañamiento. Cómo y de qué manera actuaron los personajes que nombrás está escrito en la historia pero me viene a la cabeza la idea que estuvimos en países diferentes.
Ernesto no me conmueve tu historia mínima, tu "sin razón", tu "per saltum", ni tu enojo.
Tampoco me conmueve la idea de esta "necedad bruta" innecesaria que esconde explicaciones que sobran, porque hoy por hoy, "sobra" sobrar a un pueblo que ha sufrido tantas guerras internas.
Ni alcanzan tus desvíos intelectuales, hubiera bastado decir que lo hacés por dinero o por posicionamiento social, y todos hubiéramos entendido.
Porque Ernesto, no está mal que pienses como pensás, que actues como actuás. Cada cual tiene derecho a desarrollar su libertad desde el lugar que quiera, sea en la acción o desde el pensamiento. El problema es ético, radica en no decir desde qué lugar se habla y por qué se actúa así, para que nosotros, los que te seguimos siempre, los que defendimos tu lugar, los que te seguimos, entendamos este cambio de postura o tus nuevos principios o tu renovada perspectiva. Es tan simple y sencillo como tener respeto o beber agua.
El periodismo vive de la palabra y la palabra viva es historia. Es muy importante contarla bien para que de una vez por todas podamos entender y entendernos pero cuando hay tan poco para decir, cuando es tan flaco el argumento y se transita sobre una extensa avenida de dos manos la columna del día del periodista me suena a columna innecesaria.
Lo mejor que uno puede hacer cuando tiene tanto para explicar y tan poco para decir es poner en práctica un sabio y saludable consejo: Guardar silencio.
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