El espectro político actual es lamentable, como seguramente es lamentable la mentalidad de muchos argentinos, porque me cuesta creer que siempre padecemos a la clase dirigente, en su lugar pienso que seguramente tenemos los politicos que nos merecemos o lo que es peor aún, esta clase dirigente es el reflejo de la sociedad que somos.
Cuando hablamos de "seguridad" me agradaría pensar que estamos refiriéndonos a todos los argentinos, pero no es así. La seguridad que preocupa es la de unos pocos que son los que tienen y los que gastan, sin importar nada la sociedad anónima que no tiene micrófonos ni cámaras de televisión.
Hablan de la soberbia del gobierno.
¿Quién se pronuncia ante la soberbia de la oposición?
Quién discute ideas o plantea repreguntas cuando los artífices más radicales de los golpes de estado hablan de instaurar la república.
¿Dónde está la independencia de los medio, o su oblilgación moral de ser ecuánimes, más allá de sus pensamientos personales?
¿Dónde está la vergüenza que muchos dirigentes tendrían que tener cuando de derechos humanos se habla?
La idea de impunidad ronda alrededor de estos personajes dramáticamente expuestos frente a todos nosotros, mostrando su cara más hipócrita y escondiendo lo que realmente son.
Me pregunto por qué durante el conflicto del campo se "cuidó tanto" el mensaje de la gente que se autoconvocó, faltando el respeto a la instituión presidencial y ponderando la época de la mano dura y el comportamiento ordenado de los "negros".
Hubiera sido muy aleccionador escuchar estas voces presas del fanatismo más rancio y ver, ante nuestros ojos, la ausencia total de arrepentimiento que desplegaron.
Mejor no ponerles un arma en la mano, porque seguramente se llevarían puestas varias personas, "negras" y "vagas", con mucho gusto.
Y...
Paradójicamente...
Estos sectores forman parte de la sociedad que más cuestionan la inseguridad.
Insisto, cuando hablan de seguridad me pregunto:
Seguridad ¿Para quién?