Asistimos al desenmascaramiento del poder.
Metodologías y criterios de estabilidad están hoy ante los ojos del que quiera mirar.
También está, a la luz de todos, el hábito de impunidad que saca de quicio a sus portadores, porque como nunca en este país, se ven obligados a hacer y deshacer abiertamente para seguir siendo poderosos.
Si analizamos racionalmente lo acontecido con las muestras de ADN creo que debemos preocuparnos y mucho.
No solamente porque las hayan contaminado, sino por la puesta en escena que les han hecho hacer a estos dos muchachos, víctimas primero de su historia y víctimas después de quienes, supuestamente por amor, los eligieron para compartir la vida y los sueños.
No nos entra en la cabeza que esta mujer diga que ama cuando lo único que le importa es salvar su pellejo.
Y lo está salvando a fuerza de utilizar lo que siempre usó, sus influencias, soportadas por enormes cifras de dinero ganadas fácilmente a costa del lomo de los argentinos.
Hablan del Síndrome de Estocolmo, puede ser. Pero me inclino a pensar en la des formación de estos ciudadanos, de la "buena" educación que recibieron, de las complejidades emocionales existentes, del drama profundamente ético en el que están inmersos, en la vorágine del sálvese quien pueda, no pueden estar en condiciones psicológicas para tomar ninguna decisión.
Debe ser muy desestabilizante vivir en esa burbuja. Debe ser muy motivante haber recibido una formación tan ajena, tan en las antípodas, de la que hubieran recibido de sus verdaderos padres.
Si son apropiados, y todo indica que sí, sus padres murieron tratando de combatir a estos poderes siniestros que viven entre las bambalinas de los gobiernos de turno. Ellos entregaron sus vidas por ideales y seguramente no descansarán en paz por esta historia.
Esta mujer oscura, con una historia oscura, con sentimientos oscuros que no le permitieron acercarse a su hijastra, que tomó a estos niños, que los usó para maternizar su vida, sin importarle sus naturalezas, sus sentimientos o de dónde vinieran hoy los expone con una obligación moral de contraprestación.
No cuenta decir que una persona adopta primero por sí mismo, porque no hay tanta generosidad en la adopción, hay mucho de egoísmo porque si realmente hubiera tanta generosidad se adoptarían los niños más grandes, y a esos niños nadie los quiere. Los hijos adoptados llegan para ocupar una silla vacía desde el lugar del abandono.
Estos ciudadanos no son producto del abandono y es una diferencia muy grande para el alma que sea así.
Si esta mujer los amara les devolvería su historia.
Pero ella solamente se ama a sí misma.
El cinismo, la mentira y la puesta en escena de estos muchachos habla de la “Doña”, habla de hasta donde está dispuesta a llegar y habla de la formación. Es fuerte, es duro, es incomprensible que en el nombre del amor se intente suprimir el amor o “hacerlo desaparecer” para que no moleste a la moralina de la inmoralidad.