Cuando miramos hacia atrás y empezamos a indagar sobre el nacimiento de la política empezamos a entender lo difícil que resulta apartar de ella, la especulación, la ambición, la codicia que procura la lucha por el poder.
La religión y la política tienen un origen ensamblado. Las característica de de las religiones han dado las peculiaridades del desenvolvimiento político de sus pueblos. No hace falta recordar, pero lo haremos, que los americanos del norte siempre han aportado su diezmo a la iglesia, cualquiera fuera su naturaleza y eso fue muy importante en la idiosincracia de los americanos tendientes a no evadir sus impuestos.
En estos lares venimos del cristianismo y eso quiere decir que nacimos con la justificación de la violencia que argumenta un pecado original del que somos deudores. La iglesia cristiana en su nombre ha cometido atrocidades.
La Argentina que es en su mayoría cristiana, cuenta con una Constitución emulada de la americana cuya naturaleza es bien diferente.
En ese dejar hacer de los hombres, los hombres están a la única altura que pueden estar: A su propia altura. Esta sociedad argentina tan fracturada, tan diezmada, tan corrupta en su forma y en su fondo permite todo.
Un Parlamento que pone en blanco y negro qué forma de gobierno nos cabe más.
Obviamente si apenas 73 hombres no pueden encontrar el equilibrio en su trabajo, labor que pagamos todos nosotros que somos la base de su representación, que podemos esperar.
Prima la especulación, la encerrona, la superficialidad de defender sus propios vedettismos. Vedettismos que crecieron al abrigo de medios de comunicación hegemónicos que los usan como forros para defender sus propios intereses. Intereses, que por otro lado, nada tienen que ver con las bases que le entregaron el poder a esta suerte de trepadores políticos, desclasados, que no hacen otra cosa que pelearse por los puestos y buscar sus propios beneficios.
El pueblo, que en parte soy yo, pensamos:
¿Por qué no sacan el pliego de Marcó del Pont y después siguen con el impuesto a los débitos y créditos?
Digo... para ir avanzando.
Por supuesto que es una pregunta inocentona.
No lo hacen porque, si así sucediera, no le darían quorum para tratar el impuesto al cheque. Y así seguimos en la calesita del poder, sin hacer nada, disputándose los pequeños espacios, sin pensar en otra cosa que en sus propios logros y caprichos personales.
No se dan cuenta que deben despersonalizarse, que no están para ser ellos mismos, están para trabajar, como vehículos de representación sobre nuestros intereses...
Pero eso es otra cosa, más profunda, más responsable, más ideal que esta suerte de Circo Criollo sin futuro.