Creo que la exposición mediática elimina la sacralización.
Cuando el periodista o el relator de la historia argentina dice que Cristina no le llega a la suela de los zapatos a Alberdi y Sarmiento pone blanco sobre negro a la tilinguería intelectualoide tan característica de Buenos Aires.
Este personaje se encontró apto para realizar el trabajo que desarrolló en el Maipo, del que voy a omitir mi opinión por obvias razones...
La declinación es algo que no deberíamos permitir tanta exposición...
No me imagino a la historia recordando a un Lanata ni como periodista, ni como escritor, ni como historiador...
No se puede decir livianamente, a fuerza de cinismo, que Balbín cruzó la vereda para saludar a Perón. Eso no es justo ni con Perón ni con la historia. Balbín despidió al adversario muerto, es decir cuando ya había dejado de ser adversario...
Sin el colaboracionismo del radicalismo, y de muchas fuerzas políticas, además de muchos ciudadanos amantes del "orden", el golpe del '76 no hubiera sido posible. Y Lanata, que lo sabe, frivoliza la historia por su evidente enfrentamiento con el kirchnerismo y le resulta política y económicamente correcto responsabilizar a Kirchner por la baja de su programa, aludiendo a una pauta oficial que aumentó el 300% cuando Ávila le dio el raje. Nos hubiera gustado escuchar algo sobre Sietecase si de censura se trata pero su omisión fue lamentable...
¿Será de vuelta Néstor el que sacó de circulación a Tres Poderes, o Lado Salvaje o la columna de radio, todos pertenecientes al Grupo Uno?
La respuesta es más que obvia, se enlaza con un pensamiento que no es progre, con un vivir que no es progre y con un actuar que no es progre...
Cuando el personaje se come a la persona nos encontramos con estos encuentros "a solas" de dos íconos de la tilinguería argentina...
El encuentro fue realmente "olvidable"...