Es alarmante escuchar a Macri, entre relajado y ambiguo, hablar con soltura y una clara desvergüenza sobre el affaire sobre el vencimiento de los medicamentos.
Seguramente el jefe de gobierno nunca tuvo necesidad. En función de su historia personal, relativiza y resta importancia a $5.000.000 que se perdieron dentro de algún galpón de la ciudad autónoma de Buenos Aires y que hubiera podido engrosar los magros insumos de los centros de salud dependientes del gobierno.
Es probable que palabras como solidaridad, trabajo, responsabilidad, compromiso, no formen parte del diccionario macriano toda vez que simplemente se excusa, diciendo que fue inevitable, casi como un asiento contable, y que debemos mirar el lado positivo (Supuestamente no volverá a ocurrir en función de un nuevo sistema a implementar) proyectándonos hacia un futuro que será mejor.
Me pregunto si el jefe de gobierno es o se hace. Esa manera banal que tiene de expresarse, pareciera que hasta le cansa explicar aquello que los ciudadanos queremos saber desde el lugar de la responsabilidad y no del desgano.
Todavía se da el lujo de caer en todos los lugares comunes a punto tal de ironizar con "el cerdo", "la rosada" y su futura candidatura a presidente.
¡¡¡¡Realmente un disparate!!!!
¡¡¡Que alguien lo asesore!!!
Para colmo, su padre, que fue el artífice de su empresa, sale en radio hablando de "trabajar" y "dejar gobernar", sabiendo como sabe porque fue el hacedor de lo que tiene, que "nunca se debe morder la mano que te da de comer".
Macri hijo: ¡Una pinturita!