Sigo con el tema porque la multiplicación de este pequeño altercado entre el periodista "deportivo" del canal América y Maradona ha desatado una suerte de instalación mediática semejante a las situaciones de la política, pero que nos sirve muy bien como ejemplo.
Así como de esta nimiedad se ha hecho un circo tal, que todo el mundo se siente con derecho a opinar, es como los medios instalan los temas en la agenda argentina de todos los días.
Está muy bueno para reflexionar, acción de la mente casi en extinción, y darnos cuenta que aquel que esperaba de Maradona una respuesta académica es el que tiene problemas de criterio.
No digo que Maradona sea un mal hombre como todo el mundo da a entender, al contrario, creo que es un hombre con pasión, que vivió con pasión y defiende a su manera, lo que cree. Después de todo establecer una "supuesta" como una agresión es una actitud personal.
¿Está mal decir lo que se piensa?
¿No escondemos detrás de la "supuesta" educación una forma de censura?
¿No vemos en nuestros medios palabrotas e imágenes tanto o más soeces que las palabras de Maradona?
¿Cuando Basile dijo que ninguna p..... les venía bien por qué no hubo alboroto?
¿Será que el periodismo se considera intocable?
¿Cuando llaman a la Presidenta "yegua", los medios se ocupan de poner en su lugar al maleducado?
Entonces si no hacemos nada cuál es el tema con Maradona.
El periodismo le debe a la Argentina una profunda autocrítica por el lugar que ocuparon en los momentos de nuestra historia donde desde luego no hablaban tanto.
"Debieran mirarse en su silencio cómplice, analizarse en su presencia destructiva y sobre todo hacerse responsables de los intereses oscuros que defienden y defendieron, en nombre de la mal llamada "libertad de prensa".
La manifestación permanente de la "libertad de empresa" hace gala todos los días en los medios. Un conjunto fenomenal de periodistas respondiendo a las corporaciones más poderosas de la Argentina que son las que sostienen con su dinero al conjunto mediático de este país, a cambio de jugar a su favor y manteniendo sus privilegios.
Digamos las cosas por su nombre:
En Argentina la libertad de prensa es, por ahora, es una utopía.