Hay un parásito que invade el tejido social de nuestra sociedad.
La hipocresía de los hombres y mujeres que la conforman y cuya mirada hacia la labor de nuestros gobernantes es extremadamente crítica y peyorativa…
El desarmadero moral se mantiene intacto.
Perduró acumulando autopartes en una especie de collage de doble moral que llega a nuestros días…
O acaso no es algo “lamentable” escuchar el pensamiento de los particulares, hombres acomodados y hábiles comerciantes, hablando de la corrupción política…
Por otro lado ,dentro de su "gobierno comercial empresario" tienen a sus empleados en negro, muchos les hacen cumplir jornadas de 12 horas y no sienten la más mínima vergüenza ni autocrítica cuando hablan de la clase dirigente.