No nos resulta casual que la convocatoria del sector agropecuario sea en el "emblemático" monumento a los españoles. 

Como testigo mudo del saqueo de la conquista española a la que fuimos sometidos los americanos, este monumento se eleva, indiferente y representativo, en el Palermo de la clase "bien" de un Buenos Aires con raigambre unitaria donde el sector agropecuario tuvo siempre las puertas abiertas hacia adentro y hacia afuera de una colonización económica y cultural que ya es hora que empecemos a cambiar. 

Este sector ha demostrado que tiene la fuerza de la imposición y va detrás de sus intereses corporativos sin importarle la democracia ni otra libertad que no sea la de su bolsillo.

No se amedrenta frente a la extorsión y su actitud intimidante está escoltada por la casi totalidad de los medios de comunicación, quienes a modo de vasallos,  acompañan, ignorando al país profundo que no tiene voz pero pone espalda.

Hablan de "monarquía" . 

No tienen vergüenza después de haber participado activamente en el gobierno de "la pizza y el champagne" acompañando una política de exterminio que deja un país endeudado por la defensa irrestricta del librecambismo. 

Nadie cuestiona a E.E.U.U. cuando aplica retenciones junto a una política económica basada en subsidios y proteccionismo.  No.  Nosotros somos colonia y las colonias son funcionales a los intereses del que manda.

No son sólo idiotas útiles son algo más y en ese solapado testaferrismo económico apuntan a que no se profundicen otros cambios en donde la equidad convoque a los excluidos o donde el federalismo no sea una palabra vacía de contenido. 

Su temor no es infundado, intuyen lo que vendrá.  De ahí la constancia. 

Los medios también acompañan por lo que ven venir y este empeñoso acompañamiento no va a ser gratuito, sabiendo que tenemos en la agenda la nueva Ley de Radiodifución.  El marco se acomoda y la piezas del rompecabezas nos van mostrando el panorama.

Finalmente le digo al senador Reuteman:  Deje de coquetear con la actuación. 

La provincia de Santa Fe no recibirá una puñalada en el corazón, sino en el bolsillo de los que más tienen y eso es justo, o se olvida que en su gestión tuvimos la oportunidad de ver un pueblo hambriento que faenaban el ganado vivo luego de un accidente. 

Es muy difícil creer que esa gente excluida esté hoy dentro de las preocupaciones de su agenda o representada por usted. 

"Ya que no pueden dejar de ser lo que son", por lo menos CÁLLENSE!!!!!!!!!