La actitud reactiva del periodismo "independiente" y hegemónico nos da la pauta:
Viven en el mundo virtual que han inventado y creen que es un mundo real.
Los medios en su hegemonía han rifado su capital de credibilidad.
La señora Ernestina, detrás de sus intereses económicos, ha despilfarrado el capital periodístico y lo ha colocado en un lugar desde el cual no habrá retorno.
Por otro lado, hubieron otros profesionales que sabiamente, se corrieron de esta escena, entendiendo que la vida es larga y no está bueno jugarse la carrera.
Los más no. Pusieron todo en el proyecto de los privilegios y la oscuridad, obviamente con plata de por medio.
Este dinero que reciben no es explícito porque algunos no hubieran estado de acuerdo. Los compran con buenos contratos, supuestamente por su talento, talento que no es otra cosa que egolatría...
Nadie podría creer que Majul pueda publicar un libro de investigación y creerse que eso es algo serio.
Es desde todo punto de vista un disparate pensar que Rial y Ventura puedan tener tres horas de programa radial de tono político...
Por otro lado "los notables" de la política son el alma de estos programas difundidos por los medios hegemónicos, una oposición banal, transgresora y sin vergüenzas que utiliza palabras que en su boca están vacías de contenido ético y son proclamados por el periodismo como vedettongas sin conchero.
Desde los orígenes de la organización política de este país, los “notables” hablaron barbaridades que quedaron en el lugar oscuro de la historia, donde se encuentra la historia real y no en el cuentito rosa, mitrista o sarmientino, que aprendimos en la escuela.
Hoy en los medios de comunicación masiva queda todo expuesto.
Ya no es la memoria, sino las grabaciones, los dichos de cada uno, lo que queda. No tenemos que recurrir a la documentación de archivo bibliográfico, tan proclives a esconderse... Tenemos grabadoras en los hogares y guardamos los registros de todo lo que se dice. Parece que no se han dado cuenta de esta diferencia, pero ella está a pesar de ellos...
Carrió que ya se avivó del material que proyectó para que la cuestionen, se corrió de la escena para dejar que se desgasten otros, y siempre hay gente que se deja usar...
Solanas y Lozano están pagando el precio de su falta de experiencia en política. Pino, que es un tipo talentoso, debiera percatarse que le está haciendo el juego a Macri.
Me imagino que habrá hecho la lectura correcta sobre haber ganado en el barrio de Recoleta. Si Pino Solanas cree que ganó en Recoleta porque la gente de ese barrio se hizo de izquierda es un idiota útil. La gente de Recoleta le puso los votos a él porque quiso manifestar su descontento hacia Macri sin darle apoyo a Cristina.
Cuando vengan las presidenciales esa gente sabe bien que no lo votará. La conducta de Solanas nos hace dudar que él se haya percatado de ello.
Hoy todo está a la vista de nuestros ojos y es bueno que la clase dirigente tome conciencia de ello. En este momento de la historia no se puede decir lo que dijo Alberdi en el pasado:
“No son las leyes las que necesitamos cambiar; son los hombres, son las cosas. Necesitamos cambiar nuestras gentes incapaces de libertad por otras gentes hábiles para ella, sin abdicar el tipo de nuestra raza original, y mucho menos el señorío del país; suplantar nuestra actual familia argentina por otra igualmente argentina, pero más capaz de libertad, de riqueza y progreso... Este cambio gradual y profundo, esta alteración de la raza debe ser obra de nuestras constituciones de verdadera regeneración y progreso... Con tres millones de indígenas, cristianos y católicos, no realizaríais tampoco con cuatro millones de Españoles peninsulares, porque el Español puro es incapaz de realizarla allá o acá... Si hemos de componer nuestra población para nuestro sistema de gobierno, si ha de sernos más posible hacer la población para el sistema proclamado que el sistema para la población, es necesario fomentar en nuestro suelo la población anglo – sajona.”
En su libro Las Bases Alberdi proclamaba que para que el vestido entre, habría que cambiar el cuerpo.
El periodismo hegemónico tiene, de manos de la ideología del poder económico, la suficiente dependencia que les haría proclamar ésto sin ponerse colorados, pero no tendrán una calle con su nombre.