26 de Octubre, 2011
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Miradas |
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Cuando los
auto proclamados intelectuales no pueden o no quieren interpretar la
realidad se convierten en ordenadores
con discos rígidos de abundante información pero sin la capacidad de
relacionar.
Argumentar,
si se me permite el desmedido verbo, que Cristina Fernández de Kirchner montó
un escenario post mortem de su esposo, Néstor Kirchner, es como mínimo una idea
“carriosista” con todo lo que ello lleva implícito de falta de respeto a la
humanidad y de pueblo que se siente representado.
Como nunca
antes se han caído los velos de la intolerancia de muchos comunicadores,
intelectuales y políticos que muestran un denodado antikirchnerismo semejante
al otrora antiperonismo de los años 50. Evidentemente
no han aprendido nada.
Ahora, eso
sí, ser profundamente anti K no les impide llenarse los bolsillos con
publicaciones vergonzosas.
Publicaciones
que gozan de todos los beneficios de lugares preferenciales, penetración y
oferta que abarca desde los supermercados, las librerías más famosas y hasta los
newletter.
Con todo
ese andamiaje mediático a su favor, con todo el espacio y el papel, con todo el
tiempo para sí, no han podido penetrar en el convencimiento del pueblo que los
mira anonadados por tanta impunidad al garete.
Se les
acabó el minuto de gloria. Supieron
aprovechar los noventa aplaudiendo a un antiperonismo disfrazado de peronismo.
Compraron
todos los espejos de colores que le fue posible comprar y viajaron a lugares
recónditos aprovechando la oferta de una convertibilidad que terminamos pagando
nosotros, ese mismo pueblo tildado de populista, a fuerza de pobreza y exclusión.
Llegó la
hora de devolver el ropaje porque la fiesta gorila se acabó.
Se acabó de
una manera pacífica y ejemplar, pletórica de alegría y juventud, atravesada por
la familia de clase media que entendió su lugar en la política y dejó de ser
idiota útil.
Las almas
oscuras de estos intelectuales nos alejan de la cultura impostada que profesan,
la actitud extranjerizante que declaman nos indigna y la soberbia bizantina que los identifica nos produce
rechazo.
La cultura
argentina no está ni estuvo allí, hoy como nunca tienen un reloj que atrasa dos
siglos. |
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mariainesdiaz a las 10:27 · Sin comentarios
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17 de Marzo, 2011
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Historia viva |
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Si yo fuese Peronista
Sería todo tan simple si yo fuese Peronista. Me sobrarían relatos, frases, canciones y amigos…. cientos de ellos. Amigos de los que ríen, de los que cantan y gozan. Amigos de a centenas. Amigos, que no es poca cosa.
Si yo fuese Peronista, sepa usted, caminaría siempre con la frente en alto. Orgulloso de un pasado que apenas
registran libros, pero que las calles cantan. Calles que, con sus rincones, son Peronistas y esperan el regreso de Perón. También la esperan a Eva.
Si yo fuese Peronista viviría
enamorado. No me preguntes por qué, ni me preguntes de quién, es condición
natural de quien sea Peronista profesar amor eterno… y abrazarse en demasía. Digamos, tocarse es de Peronistas. No confundir con "touch and go", eso es para gorilas.
Si yo fuese Peronista, sería de Perón y
Evita, también de Cristina y Néstor… y de Montoneros. Sería entonces, la
síntesis, luego de cruentas batallas y contradicciones claras. Contradicciones,
por cierto, que son condición humana y no solo Peronista.
Si yo fuese Peronista, viviría en Perón
al 100. Contrafrente sin balcón. No importaría ya nada, si fuese a vivir en
Perón al 100. Sería un lugar en el mundo, una suerte de refugio, donde
dedicaría horas a pensar en Perón. De vez en cuando un buen vino, con amigos
por supuesto, al grito de ¡Viva Perón!… y ¡Carajo! para completar… y para
espantar a "esos" vecinos.
Si yo fuese Peronista, y aclaro… yo no
lo soy, leería (mucho y seguido) las cartas del General. Agitaría los brazos, caminaría cortito, reiría, putearía… para luego, en soledad, llorar envuelto en
recuerdos. Recuerdos de Peronistas, de amigos que ya no están, de un país muy
diferente, de sonrisas que brillaban… un país de San Perón. De Santa Evita
también!
Si yo fuese Peronista el menemismo
sería la imperdonable traición. Casi peor que el exilio, peor aún que la
muerte... de aquellas muertes continuas, que no dejan de ocurrir.
Si yo fuese Peronista, y escúcheme bien
señora... no se asuste, pero escuche (o lea llegado el caso), si yo fuese
Peronista, por Cristina daría la vida, como muchos la dieron por Perón. Sin
vueltas, sin eufemismos… ni recular en chancleta. Al fin y al cabo, la entrega
es motor del Peronismo.
Pero no soy Peronista… ¿según quién? según Duhalde, Solá, De Narváez, Reutemann y un tal Das Neves. Según ellos, y
otros más, soy una cosa molesta. De esas que generan ronchas. De las que rompen
los huevos. De las que no deben ser. Que ya se daban por muertas.
Si hasta Aguinis vocifera que: ¡Esto no
es Peronismo! ¡Mamita! ¡que mal estamos!
Pero yo soy Peronista, les guste o no a
los nombrados. Peronista de Perón, de Evita, de Montoneros, de Néstor y de
Cristina. De todos los compañeros que conforman nuestra historia.
Esto somos, esto fuimos, eternos en el
viento que nos sirve de ladero.
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mariainesdiaz a las 09:56 · 2 Comentarios
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23 de Noviembre, 2010
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Homenajes |
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nestor, kirchner, dolina, cristina, fernandez, amor, historia, derechos, humanos, ley, de, medios, asigna |
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mariainesdiaz a las 08:38 · 2 Comentarios
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17 de Abril, 2010
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Autocrítica |
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Cuando en 1949 la oposición cuestionó el tema de las mayorías en referencia a la reforma constitucional, hablaron hasta el hartazgo sobre la invalidez de dicha reforma por falta de mayoría absoluta. En ese momento en la Constitución de 1853 no estaba claramente definido, llevando a falsas interpretaciones pues no hablaba de mayorías sino de miembros.
En la última reforma constitucional teniendo en cuenta este antecedente se dejó muy en claro el tema de especificar lo de las mayorías absolutas, para impedir cualquier tipo de oportunismo en modificaciones arbitrarias.
Hoy los que entonces, desde el conocimiento constitucional sostuvieron la postura de las mayoría absolutas, intentaron mediante la "viveza criolla del SPP ( si pasa pasa) saltar la norma impuesta claramente y hacer esta suerte de desobediencia a las leyes, de cara a toda la ciudadanía, sin importar las consecuencias ni mucho menos el respeto que el pueblo se merece toda vez que es el pueblo quien sostiene la fuerza de toda Constitución Nacional.
No hay decoro, no hay vergüenza. Esta "oposición" está desilusionando a quienes le pusieron el voto para que hagan exactamente lo contrario que están haciendo.
Si no recuerdo mal, hablaban que el Parlamento era una escribanía... Hoy es algo mucho peor, es una asociación ilícita que demuestra que es imposible tener en cuenta a estos legisladores para algo serio.
Chiche Duhalde, en el programa de Mauro Viale, reconoció que al no haber logrado los 37 votos, alguién presentó la posibilidad, a modo de chicana, de saltar la legalidad por medio de esa mala fama que tenemos los argentinos sobre encontrar en la ley la trampa que haga que no la acatemos.
Es lamentable y lo peor que le pasa al Parlamento es que no puede esconderse en un anonimato debido al "vedettismo mediático" que han desarrollado todo este tiempo.
Me pregunto qué dirá la "mejor alumna del Senado", doña Sonia Escudero, tan prolijita, tan legalista, tan docente de la constitución y sus leyes, porque ella que es tan "ejemplar", tan "idónea", "tan, tan" dejó correr la irregularidad, demostrando que se aviene a la ley sólo cuando le conviene. De hecho ni me sorprende ni me desencanta ya que estando al lado de Juan Carlos Romero, será muy difícil creer en su postura de "Etelvinita, del otrora famoso programa 'Señorita Maestra'".
Los ciudadanos exigimos explicaciones. |
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mariainesdiaz a las 11:48 · Sin comentarios
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22 de Octubre, 2009
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Autocrítica |
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La sociedad es una espectadora obligada de las luchas intestinas y corporativas de determinados grupos de poder que exponen sus intereses de una manera burda y desenfadada. La gente toma partido por una u otra facción. Sin considerar su posición de rehén, sin intereses propios en juego y según su criterio u opinión personal, generalmente cargada y alimentada permanentemente por los medios, transfiere a modo de derrame una fuerte crispación hacia todo el tejido social que conforma la clase media. Así observamos un visible encono social, que descalifica y se falta el respeto, en una suerte de convidado de piedra funcional a intereses increíblemente alejados de su existencia cotidiana. Hay un manifiesto retorno a aquel microclima previo al año 1955 donde la sociedad, psicológicamente analizada, demuestra que no ha terminado de resolver el fenómeno social del peronismo, con todo lo que ello representa. Así podemos entender el amplio acompañamiento que recibió Menem, cuya imagen más destacada fue su abandono a las banderas peronistas. Esta sola actitud logró aglutinar al conjunto social "antiperonista" en donde sobrevivía la profunda antinomia clase obrera versus oligarquía. Esta parte de la sociedad se quedó con la falsa idea que las ideas de Perón habían sido derrotadas desde el mismo peronismo, sin considerar que Perón fue un líder emergente, que se identificó con una situación social preexistente. La fantasía de creer en aquel dicho "muerto el perro se acabó la rabia" se apoderó del conjunto y colaboró para que las importantes diferencias que dividían a la Argentina, se escondieran debajo de la alfombra. El tiempo pasó y como todo aquello que no se resuelve, con el devenir del tiempo y determinadas circunstancias, aflora y vuelve nuevamente a la superficie. Así se ocultó transitoriamente aquel gorilismo fanático que fue capaz de considerar al pueblo como una masa amorfa, sin posibilidad de tener ideales y mucho menos derechos. Esta ideología del positivismo vernáculo de los '80 fue la base fundacional de la organización político-social de la Argentina y tuvo sus adalides en Bunge, Ponce o José Ingenieros. Éste último en su libro "El hombre Mediocre" nos permite entender cómo determinados sectores sociales entienden a la Argentina. Esta visión de la sociedad del poder, (visión cultural que aún hoy se estimula y desarrolla), oculta un "gorilismo fanático" que no puede digerir determinados "modelos de país". Por su propia naturaleza, asentada en "valores morales" discrecionales, siente que es lícito y justo pensar y razonar de esa manera. Por otro lado, la clase obrera es oprimida por una clase media de "pymes", asociadas a este pensamiento aristocrático, que en su posicionamieto se aparta de sus orígenes, soslayando su pertenencia burguesa. Esta burguesía es la mayor tomadora de empleos y en su seno se encuentra la mayor informalidad. Paga a "piaccere", aprovechándose del momento y provoca en los subordinados un resentimiento reactivo debido a esta explotación que trae la consecuencia natural de la ausencia de derechos. Esta presión psicológica es posible porque se enlaza, a su vez, con la idea de conservación de los puestos de trabajo y la sobreabundancia de oferta de mano de obra. Los empleados que están en blanco, mayormente los de las grandes empresas y fundamentalmente los del Estado, tienen entonces el privilegio de su encuadramiento dentro de la Ley y este estado de derecho, establece una nueva instancia de desigualdad entre pares, que beneficia, como siempre, a unos pocos. Esta sociedad "careta" es la que se expresa en los medios. Es la protagonista de la crítica y el dedo acusador de la degradación política. Es la que juzga, sin problemas éticos ni escozores, lo que hacen otros, sin mirarse a sí mismos. Me pregunto cómo hace esta gente para dibujar sus gastos ya que tener un empleado en negro es básicamente evadir. Para tener un empleado en negro hay que tener una contabilidad en negro. Es, por decir así, un primer eslabón de una gran cadena donde los estudios contables acompañan con su talento y complicidad. El Estado cómo controla el intercambio de facturas que se originan en estos estudios. La compraventa de facturas es un negocio fenomenal. Allí se reparten las ganancias unos y otros, incluido el contador, en detrimento del Estado que somos todos. Cómo podemos encontrar la forma de minimizar estas maniobras y achicar la brecha de la injusticia. Estos, como tantos otros problemas ¿no deberían formar parte de los temas que se tratan en los medios de comunicación? ¿No es el destino primario del ciudadano el derecho a la información? ¿No estaría bueno que estas problemáticas se traten profundamente para entender un poco mejor qué nos pasa y por qué? La evasión es una puerta abierta a la inequidad. Mientras haya ciudadanos que no entienden qué es ser "ciudadano" seguirá la calesita de la injusticia dando vueltas. Por qué no dejamos de hablar de la pobreza y empezamos a preguntarnos dónde está el nudo del problema en lugar de hablar de superficialidades momentáneas qeu nos demuestran cada día que hay muy poco periodismo que trabaja en serio. |
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mariainesdiaz a las 11:10 · Sin comentarios
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◊ SOBRE MÍ |
Maria Ines Diaz
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