Cuando el día viernes vi y escuché la conferencia de prensa otorgada por Martín Redrado creí que los casi 40º C de Sensación Térmica habían logrado llevarme al desvarío...

Pero no.  Lo que estaba viendo y escuchando formaba parte de la realidad de mi Patria.

Durante su interlocución, a pesar de una indiscutible egolatría, no tuvo la menor idea de los tiempos mediáticos y quedó como un ridículo fuera de contexto que logró poner "blanco sobre negro" a su propio personaje, digno de otras latitudes, lugares donde la risa fácil y el humor simplista, forman parte de otra particular idiosincrasia.

Debe volver a sus raíces, las que lo deformaron, y lo debe hacer porque su comportamiento profesional sólo lo hace viable en gobiernos como los de la década del '90.  Y su tecnicismo, y su idoneidad y su calidad doctoral no sirven si no comprende la naturaleza del país donde debe practicar su tarea.

Es lamentable que estos "testaferros de la ideología económica" existan solamente para perjudicar al país de donde surgieron.

Y lamentable también los "testaferros de la ideología informativa" que en nombre de las palabras, que sistemáticamente vacían de contenido, hacen la misma parodia, el mismo grotesco, el mismo papel lastimoso todos los días.  

Y todavía más lamentable, la parte de la sociedad que consume con ansias estas posturas, dignas de un teatro amateur del peor gusto.